"Sin esperanza se encuentra lo inesperado." Heráclito de Éfeso.
En episodios anteriores de Yo, Tubo...
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Nada de esto sería posible si Dios no hubiera inventado el Wordpress 2.1
¿Qué excusa ponen ustedes a esos jóvenes contratados por alguna ONG ecologista que, formulario en mano y vestidos con chaqueta verde, tratan de reclutar por el centro de las grandes ciudades socios que ingresen mensualmente en una cuenta corriente una cuota con la que salvar el medio ambiente? Las más socorridas son, sin duda, decirles que tenemos prisa o que no llevamos nada suelto encima. Pero si lo que quieren es rechazarles con educación y darles al menos algo de conversación lo mejor que pueden hacer es preguntarles qué animal piensan salvar con su dinero.
Si les responden que al oso panda dense por jodidos. Les costará resistirse, a todos nos gustan los osos panda, muchos aún nos emocionamos pensando en Chu-lin, y no será difícil que a través de estos bichos ejerzan sobre nosotros la presión emocional suficiente para convertir a nuestra domiciliación bancaria en amiga del planeta. Sin embargo podemos tener suerte y que nos digan que quieren salvar al armadillo. Ahí lo tenemos fácil, a nadie le gustan los armadillos. Nadie daría un duro por salvarlos, ni el más pardillo de los solidarios. Así que podremos decirles con total tranquilidad que se metan los armadillos, que son feos, aburridos y no sirven para nada, por donde amargan los pepinos.
Al terminar de escribir el párrafo anterior me acabo de dar cuenta de que me pueden llover los insultos y las pedradas, que puede que haya algún ecologista radical entre mi selecta audiencia que me grite por meterme con los pobres armadillos, que me diga que sí, que son sosos y estéticamente desagradables pero que sirven como alimento a alguna criatura depredadora, al comearmadillos de la sabana, por ejemplo, y que si faltaran los armadillos se rompería la cadena alimentaria dejando un agujero de por medio que sería el acabose para la fauna mundial.
Esta tarde me he cagado en los antepasados de la ministra de Cultura. Como las salas de cine han hecho una huelga por su culpa al final he tenido que bajarme “Soldado Universal II” del eMule y verla en el ordenador. Y todo porque ahora se han inventado una “Ley del Cine” que obliga a las salas a proyectar un porcentaje mínimo de cine español. El cine español es como los armadillos: feo, aburrido y no sirve para nada. Siempre había pensado que si viera una ministra con chaqueta verde a las puertas de unos grandes almacenes pidiendo euros para salvar a Pocholo, a Borjamari y a José Coronado le mandaría a tomar viento fresco. Aunque claro, hasta hoy nunca había pensado en la cadena alimentaria.
Si Óscar Jaenada, Cayetana Guillén y compañía se mueren de hambre acabarán por extinguirse también los fabricantes de focos y cámaras de cine, los compositores de bandas sonoras, los vendedores de drogaína y los reporteros del Tomate que van a los estrenos de la Gran Vía. Y después de todos ellos los siguientes en fenecer seríamos los demás. Ahora que lo pienso me alegro de tener una ministra que apoye con tanto ahínco cosas tan nuestras como Cine de Barrio o los toros.
Gracias a ella, y a los demás miembros del Gobierno, nunca se perderán, por mucho que vengan al país inmigrantes con nuevos usos y costumbres, aquellas tradiciones nacionales llenas de encanto que tan grande hicieron al país.
Escuchando: Fidel Nadal - La próxima vez
El año que viene Zapatero dejará la Moncloa, pero una vez que se libre de las obligaciones presidenciales podrá presumir en las sobremesas familiares de haber propuesto en el Congreso durante su legislatura más iniciativas absurdas que cualquier otro de los presidentes que hemos tenido el gusto de sufrir en los últimos treinta años. La última ocurrencia socialista ha sido la de buscar la paridad de hombres y mujeres estampando el mismo número de rostros masculinos que femeninos en nuestra calderilla. Las trabajadoras del país están de enhorabuena, pronto podrán cobrar menos que sus compañeros con pene pero con la satisfacción de recibir un cincuenta por ciento de las monedas de su jornal con la cara de una tía.
Entre las candidatas a Miss Leru había tanto miembros de la España de izquierdas y republicana como Clara Campoamor y Dolores Ibárruri, como representantes del misticismo patrio como santa Teresa de Ávila. Los parlamentarios del PP, tal vez enojados por no encontrar en la lista de acuñables nombres como los de Isabel Tocino, Pilar Primo de Rivera o Norma Duval, han declinado ser miembros del jurado y, tras el reñido desfile en bañador, ha sido la señorita Campoamor la elegida para pasar por la ranura de la máquina cuando vayamos a comprar tabaco al bar.
A mí, que en el fondo soy un poco republicano y hasta estoy de acuerdo con el derecho al voto de las mujeres, me parece divertido, pese a lo absurdo de la idea, bajar a por el pan y echar a suertes si pagar con un Borbón o con una diputada sufragista. Pero seamos sinceros, la mayoría de los mozos (y las mozas, no olvidemos ser paritarios) que se examinan estos días de Selectividad no tienen ni idea de quién fue Clara Campoamor. Puestos a hacer las cosas como Dios manda tendrían que haber dejado que fuera Antena 3 la que eligiera el nuevo rostro de las monedas por medio de uno de sus fabulosos concursos de popularidad vía SMS, como el del español más importante de la historia o el de la séptima maravilla del mundo andaluza. El resultado, de cara a la historia de la numismática y a la igualdad entre sexos, seguramente no habría sido mucho mejor pero al menos el Gobierno habría conseguido revitalizar la economía fomentando el consumo y el movimiento del dinero. Todos gastaríamos y compraríamos lo que hiciera falta con tal de quitarnos del bolsillo los euros con la efigie de Shaila Dúrcal o María Patiño.
Escuchando: Olivia Ruiz - Putain de toi
Lo bueno de hacer una mudanza es que, a fuerza de mover cajas, acabas cogiendo práctica y si después sales al campo puedes presumir de vasquitud delante de los amigos levantando alguna piedra de dimensiones considerables sin necesidad de que se te salga alguna vértebra de su sitio. Con las mudanzas electrónicas pasa algo similar. Esta última semana he estado de mudanza, he movido los tres dominios que tengo y sus respectivos blogs a un nuevo servidor con mejores vistas y aire acondicionado para los meses de calor que se avecinan. Y a fuerza de transferir archivos y de trastear con bases de datos también he desarrollado músculos virtuales y me he atrevido a intentar lo que no fui capaz de hacer en su día: recuperar la base de datos de mi primer blog.
Y aparentemente todo ha salido bien, mi Encantador Weblog vuelve a estar online. En principio no publicaré nunca más allí, que para algo tengo éste otro, más moderno y reluciente. Pero ahí lo dejo abierto para que todo el que quiera pueda curiosear libremente y revivir hitos de la historia de la blogosfera como mi primer post o el anuncio del nacimiento de los Caracoles.
La mudanza está prácticamente terminada, sólo queda poner las cortinas y tirar las cajas de cartón vacías al contenedor. De todas formas si notan algún error en cualquiera de mis blogs les agradecería que me lo comunicaran para poder solucionarlo antes de dar por finalizada la operación. Y ahora que ya saben la razón de mi ausencia durante estos últimos días espero poder estar de vuelta lo antes posible.
Escuchando: The Kagas - Bailando en el tejado