Gorka Limotxo tiene un blog

Aunque yo sea más de raciones de bravas y kebabs de vez en cuando tengo antojo de cocina de la buena, pero como no me dejan entrar en los restaurantes de alto copete tengo que conformarme con visitar sus páginas web para hacer hambre antes de cenar. Esta noche, mientras esperaba al señor Telepizza he entrado a la página del restaurante vasco Jai Alai, de Madrid, y los ojos se me han salido de las órbitas cuando he visto el cuadro con el que dan la bienvenida a sus visitantes electrónicos. Aquí les dejo una captura, por si en el futuro rediseñan la web, para que no se pierda:

¡Un cuadro fauvista de la boda del príncipe! ¡Y estaban todos mis superhéroes favoritos: el cazador de osos, la infanta fea, Letizia, Froilán, Marichalar…! ¡Y hasta un supervillano de los clásicos, el Duende Verde, esta vez con bigote!

Luego, movido por la curiosidad y ayudado por Google, he descubierto que la heroína no es la Ortiz… ¡Es Eva Sannum! ¡Un cuadro de la boda de Felipe y Eva! Joder, qué cosa más bonita y más romántica, se me saltaban los lagrimones de la emoción. Si algún día llego a ser un muchimillonario barón a lo Borja Thyssen en vez de invertir en vangoghs o en gauguins juro hacerme con ese cuadro, aunque me cueste media fortuna.

Y para equilibrar un poco el karma después de los párrafos anteriores aquí les dejo también la portada del CaducaHOY de esta mañana, que como ya sabrán si leyeron mi anterior post, mañana han quedado sus autores con Grande Marlaska, así que espero que todo les salga bien y puedan celebrarlo con una comida en el Jai Alai.

Escuchado: Grupo de Expertos Solynieve - Déjame vivir con alegría

Tal vez recuerden la polémica que se creó hace unos meses después de que los de National Geographic utilizaran un elefante de goma para rodar un espectacular documental intrauterino y nos lo vendieran como el feto de un dumbo real. No voy a entrar a discutir si esta práctica es o no periodísticamente correcta, aunque comprendo los motivos que llevaron a los responsables de la sociedad a tomar la decisión de contratar a un equipo de efectos especiales.

La National Geographic Society, fundada a finales del siglo XIX y que posteriormente dio nombre a la revista y a la cadena de televisión de pago que todos conocemos, tenía su sentido hace más de un siglo, cuando podía acercar a cualquier ciudadano yanqui que nunca había salido de su estado a volcanes, polos, desiertos y junglas a través de las crónicas y fotografías de los exploradores de la época. Pero hoy, gracias a las líneas aéreas de bajo coste y a las ofertas 2×1 de las agencias de viaje, lo de salir a ver mundo no es algo exclusivo de aventureros. Cualquier hijo de vecino con unos pocos ahorros y quince días de vacaciones puede volver de su veraneo con fotos de su novia siendo acosada por un grupo de monjes tibetanos, o de un amigo corriendo delante de un león en Kenia. Ya no necesitamos que vayan los de National Geographic a fotografiar el planeta, podemos ir nosotros mismos con nuestra cámara digital y torturar a la vuelta con nuestras miles de fotos a todo aquel que se atreva a visitarnos.

Pero por mucho que lo intentemos nunca podremos meternos en el útero de un elefante, motivo por el cual comprendo que los de la sociedad geográfica quisieran enseñarnos fetos de paquidermos en lugar de paisajes de Groenlandia o de la Isla de Pascua. Si tuviera realmente empeño podría coger un avión y plantarme en mitad de un poblado indígena del Amazonas, es algo más que factible. Pero no creo que consiga colarme nunca en la cocina de Cari Lapique o en el vestidor de Paloma Cuevas. El concepto de lugares exóticos ha cambiado. Por eso, porque sé que jamás pisaré el salón de Rosario Nadal, leo el ¡HOLA! en vez de la National Geographic.

Todos hemos visto alguna vez un elefante, en el circo o en el zoo, y todos hemos visto infinidad de veces esa puerta de la Audiencia Nacional por la que han desfilado Arnaldo, los implicados del Caso Malaya, los de Soziedad Alkoholika, radicales islámicos, ultraderechistas de pro y lo mejorcito de cada casa. Pero al igual que no sabemos a ciencia cierta cómo es una elefanta por dentro tampoco sabemos qué puede haber al otro lado de esa puerta. El próximo lunes dos exploradores vascos amigos de este santo blog, Josetxu Rodríguez y Javier Ripa, atravesarán la puerta invitados por el juez Grande Marlaska tal y como la cruzaron no hace mucho Guillermo y Manel Fontdevila. ¿El motivo de la invitación? Un fotomontaje de Juan Carlos Borbón del que ya se habló largo y tendido en un anterior post.

Puede que Rodríguez y Ripa, al igual que los otros dos humoristas de El Jueves, sean, como aquellos exploradores del siglo XIX, una especie de pioneros. Puede que lo que hoy está al alcance de unos pocos se popularice dentro de no mucho, y que del mismo modo que ahora es lo más normal del mundo coger un avión para viajar al extranjero dentro de poco lo habitual sea que los que nos dedicamos a la gracieta fácil y a hacer chistes de las infantas vayamos a ver qué hay detrás de esa puerta de cristal citados por el superjuez de turno.

Confío en que todo se quede en un susto, en que el señor juez se dé cuenta de lo absurdo de la querella y en que los pasillos de la Audiencia Nacional sigan siendo para todos, como el vestidor de Paloma Cuevas, nada más que un lugar exótico y desconocido.

Escuchando: Clarika - Les garçons dans les vestiaires

Actualización: Aquí tienen el texto de la querella (1, 2 y 3) por si les gusta la lectura y quieren saber a qué atenerse si hacen bromas con el Rey.

No todos tenemos la suerte de Juan José de poder marcharnos a combatir el síndrome postvacacional al Caribe. Con la llegada de septiembre a la mayoría nos toca volver a la gran ciudad a hacer cosas de provecho como esperar delante del eMule a que empiecen las nuevas temporadas de las teleseries americanas de turno o ponernos a reenviar los powerpoints de tetas que nos llegan a toda nuestra lista de contactos. Estaba esta mañana a punto de abrir un sugerente mensaje electrónico con el asunto “Fwd: Fwd: Fwd: un buen par de razones ¡¡¡buenisimo bajarselo!!!” cuando algo que sugería más aún me ha llamado la atención. Soy débil y no suelo negarle un click a este tipo de enlaces. Pero cuál ha sido mi sorpresa cuando me he encontrado con que el destino del enlace no era sino una página desde la que me invitaban a pedir un crédito con la mayor de las facilidades.

Aprovecharse así de un ingenuo internauta… Sin que sirva de precedente mis conclusiones han coincidido con las de Pérez-Reverte, usar técnicas publicitarias tan rastreras para sacarnos los duros es propio de hijos de mala madre. Por fortuna no tengo ahora mismo deudas con ningún banco, pero eso no quita para que me solidarice con todos aquellos que ya han picado en el anzuelo. Me dan mucha pena todos esos pobres hipotecados que, ante la subida del Euribor, empiezan a sufrir de alopecia de tanto tirarse de los pelos. Cada vez que escucho las desgarradoras palabras de un joven con hipoteca en la sección de testimonios de los informativos se me hiela la sangre, más aún pensando que tal vez algún día esté yo en su misma situación. Pero hay otros endeudados que me dan aún más pena.

La Casa Real ha confirmado que la primogénita de doña Letizia no irá a la guardería en la que finalmente encontró trabajo la madre de Froilán. Y lo dicen ahora, con el curso a punto de empezar, cuando la mayoría de los papás ya tiene comprado el uniforme, pagada la matrícula y aprobado el menú semanal del comedor de la guardería de sus churumbeles. No quiero ni pensar en cómo se sentirán esos padres que en primavera se apresuraron en matricular a sus retoños en la guardería “Micos“, no tanto por las exquisitas atenciones que iban a recibir los pequeños por parte de la señorita Granzow de la Cerda, sino porque se codearan y compartieran plastilina con una futura reina de España, por tener invitación al chiquipark de palacio cada vez que Leonor cumpliera años, por poder presumir ante los compañeros de oficina de que su criatura coloreara saliéndose menos de la raya que alguien de regia descendencia.

Apuntar a los hijos a esta guardería era una inversión de futuro, una forma sencilla de hacer que se relacionaran con la más azul de las sangres. ¿Y ahora a quién reclaman esos honrados padres de familia que se entramparon para pagar una guardería de renombre en vez de conformarse con una galescola? ¿Se apuntarán a la protesta de moda y se quemarán a lo bonzo a las puertas de Zarzuela?

Escuchando: - Gora gaileta

Afirman profetas contemporáneos, guardianes de la moral y de las buenas costumbres, que estamos a pocas semanas del comienzo del Apocalipsis, uno de cuyos cuatro jinetes se nos presentará, coincidiendo con el inicio del curso escolar, en forma de asignatura de Educación para la Ciudadanía e inoculando en nuestros chiquitines los virus de la sodomía y el estalinismo.

“Reconocer la diversidad como enriquecedora de la convivencia, mostrar respeto por las costumbres y modos de vida de poblaciones distintas a la propia, e incorporar a los niños y niñas extranjeros en su nuevo entorno sociocultural”. Ése es uno de los objetivos de la nueva y polémica asignatuta. Los chavales aprenderán en clase valores como la solidaridad y la igualdad minutos antes de salir al recreo a patear un balón con sus recién estrenadas zapatillas (balón y zapatillas cosidos, respectivamente, por un pakistaní y una indonesia de su misma edad).

Por supuesto, no son los alumnos de primaria los culpables de estos contrasentidos y tampoco, aunque sean más responsables de la situación, son padres y profesores los que más fácil lo tienen para acabar con la explotación infantil en el Tercer Mundo. Sobra decir que poco se puede hacer si los que tienen el poder económico y político no dan el primer paso, un paso que no consista en declaraciones vacías y en insulsas campañas de imagen.

Mientras esto no suceda el mundo pobre y no educado para la ciudadanía pensará que la globalización bien entendida empieza por uno mismo y se verán historias como la repetida en China y en India, países productores de buena parte de los bienes de consumo de Occidente, donde niños que por su edad y condición social deberían estar cosiendo zapatillas Nike dejan el hilo y la aguja y avanzan un paso en la lucha por sus derechos calzándoselas para correr maratones. Un nuevo estilo de explotación infantil que consigue que tanto niños del primer mundo como del tercero sean iguales, al menos del tobillo para abajo.

Algunos detractores de la Educación para la Ciudadanía confían en que estas insólitas equiparaciones de derechos y obligaciones infantiles sigan extendiéndose a otros aspectos de la vida cotidiana de los menores subdesarrollados y esperan que, de una vez por todas, sean los pequeños los que se decidan a entrar a los misioneros en las discotecas de la zona.

Escuchando: Rapsusklei y Aniki - Se llama amor

Volviendo esta tarde de hacer la compra una marquesina de la EMT me ha llamado poderosísimamente la atención. O más que la marquesina el cartel que había dentro. Una nueva campaña del Ministerio de Educación según la cual los estudiantes de Formación Profesional ya no se titulan en Panificación y Repostería, sino que pasan a ser “titulados en cruasantes calentitos”. La idea es buena, no me cabe duda de que para un quinceañero con acné es mucho más tentadora una “titulación en el quinto pino” que una de Trabajos Forestales a la que, simplemente por ver la palabra “trabajo”, da pereza matricularse.

Pero lo que realmente me ha chocado ha sido el modelo utilizado para hacer las veces de “titulado en plastilina y tizas de colores“, que no era sino uno de esos nuevos españoles, magrebí más concretamente, que estamos acostumbrados a ver en el transporte público, sobre un andamio o en las zonas de menudeo de estupefacientes pero que raramente aparecen en la publicidad institucional. Dios me libre de que me acusen de racista pero todos nos dejamos llevar de vez en cuando por los prejuicios y tal vez por eso me ha costado imaginar al padre de familia español medio dejando a su Pablito o a su Chenoa al cuidado de un ex-súbdito alauita. Y más aún después de ver según qué noticias en el parte.

Y para que vean que no es mi intención discriminar a nadie por su condición racial les confesaré que el anuncio me ha parecido creíble y que incluso me ha convencido. En mi afán por ampliar mi currículo académico he tirado de Google y me he puesto a buscar las posibilidades que la efepé me proporcionaba y pinchando de enlace en enlace me he enterado de que si te apuntas al ejército también te puedes sacar el título y encima te dan de comer rancho caliente gratis. La oferta era realmente atractiva, más aún después de ver llamando a la muchachada al alistamiento.

Pero cuando estaba a punto de darle al botón de join now he recordado aquella máxima de “la mili con los milis” y me he puesto a investigar si la ETA me ofrecía alguna alternativa mejor. Y cuál ha sido mi sorpresa cuando he visto que ellos también utilizan el YouTube para engrosar sus filas. Seguramente este vídeo ( y ) ya habrá salido cienes de veces en el Telediario, porque tiene mucha miga, pero era nuevo para mí y no podía evitar comentarlo. Para los que no hablen euskera ni vean los diminutos subtítulos en francés, decirles que básicamente es algo similar a aquel , sólo que en versión gudari y sin chicas en bikini.

Los publicistas abertzales han aprendido de los americanos y ellos también utilizan en su publirreportaje música de fondo de esa que nos mola a los jóvenes y jóvenas vascos y vascas. También han aprendido del bando contrario, de esos videomensajes de Al-Qaeda en los que se alternan imágenes de marines americanos con escenas posteriores a algún atentado suicida. Los creativos etarras mezclan con gran estilo planos de zipaios y picoletos en acto de servicio con las consecuencias de explosiones de coches bomba grabadas de los informativos.

Pero hoy yo venía a hablar de oferta académica y en el vídeo se ve que de eso tampoco falta en los centros de formación de ETA. Ahí pueden ver a los pupilos del pasamontañas que lo mismo aprenden a destilar licor explosivo o a troquelar una matrícula que te hacen un montaje de De Juana Chaos con el Photoshop o te editan un vídeo campestre con el Windows Media Maker. Pero lo que no tiene precio, la imagen que debería pasar a los anales del humor bizarro, es ese carnet de conducir con la foto de un encapuchado con txapela.

Así que ya saben, si quieren una buena formación laboral y ser unas personas de provecho el día de mañana apúntense a la loca academia de antipolicías, que con todas las detenciones que ha habido últimamente seguro que trabajo no les falta.

Escuchando: - Burgers and Fries

Hoy todos somos El Jueves. Y a pesar de que el juez Del Olmo siga sin comprender el concepto de democracia y de libertad de expresión Juan Carlos también se emborracha, Letizia también folla y ustedes también deberían ser libres de copiar y pegar esta portada censurada en sus blogs.

Y, por supuesto, también somos todos Fermin Muguruza. Aunque sean frases muy manidas nunca dejarán de tener sentido… ¡Sí a la libertad de expresión! ¡No a la censura!

Escuchando: La Kinky Beat - Black Panther

Echo de menos aquellos años en los que cada temporada de calor programaban “Verano Azul” en televisión. Todos sabíamos que a Bea le iba a venir su primera regla, que Chanquete la iba a diñar y que al final del verano Pancho se iba a quedar más sólo que la una cuando todos los madrileños se largaran de Nerja. Éramos muchos los que nos recreábamos viendo estos hitos de la historia televisiva, pero eran aún más los que se cansaron de llevarle cada año a “La Dorada” flores al difunto Chanquete y los que consiguieron convertir la serie en el paradigma de las reposiciones televisivas.

Pero si hay una serie que se ha repetido hasta la saciedad ésa es la de “Los Simpson“. Todos sabemos que Krusty no atracó el Badulaque, que Maggie disparó al señor Burns y que gracias a la inanimada barra de carbono Homer pudo regresar sano y salvo a la Tierra. Almacenamos en nuestra memoria diálogos interminables de la serie, conocemos más detalles de la vida de Bart que de muchas de nuestras amistades más íntimas, a veces hasta le pedimos, fruto del despiste y de la borrachera del momento, que nos sirva otra Duff al camarero. Y por alguna extraña razón no sólo no nos cansamos de ver los mismos episodios una y otra vez sin quejarnos de que los repitan, sino que seremos legión los que pagaremos esta semana por ver las desventuras de la familia amarilla en pantalla grande.

Otros personajes de los que nunca nos cansamos son la señora del helado, el magrebí del Renault 11 y el urbanita pringado. Un verano no es verano sin que los informativos rescaten de sus archivos ese plano del termómetro marcando los 40º en el centro de la capital, seguido de la imagen de la señora lamiendo un cucurucho y de las palabras de su esposo diciendo ante la cámara que semejante calor no había conocido él en su vida. Tampoco es verano si no vemos mientras comemos al marroqui que se queja, mezclando español, francés y algún exabrupto bereber, de las horas que lleva su familia metida en el coche esperando a que salga su ferry en Algeciras. Ni verano sería si no saliera el típico listo que, antes muerto que reconociendo estar puteado por no irse de vacaciones, dice que agosto es el mejor mes para estar en Madrid porque las calles están vacías y se puede pasear plácidamente pese al solazo.

¿Por qué nadie se queja de que repitan el telediario cada verano? ¿Por qué no lo quitan de la parrilla como hicieron con la serie de Antonio Mercero? El de hoy ha sido el octavo bautizo de un nieto Borbón que me trago y, una vez más, han traído expresamente agua del río Jordán y Rouco Varela se la ha echado a la criatura sobre la pila bautismal de plata de Santo Domingo de Guzmán. Si en cada edición de Gran Hermano incluyen novedades, ¿a qué esperan los reyes para hacer algo más entretenidos los bautizos de su progenie?

Y hablando de niños y de noticias de corta-pega, ¿por qué cada vez que, como hoy, la Policía desmantela una red de pornografía infantil en Internet el locutor del informativo afirma, mientras se ven en pantalla fotos de menores tan pixelizados como desnudos, que entre los detenidos había profesores, médicos y arquitectos? ¿A qué esperan en las redacciones de las cadenas para actualizar sus noticias y hacer que en la próxima redada detengan a gente con profesiones más de hoy en día como empleados del Starbucks, repartidores del 20 Minutos o telefonistas de un call center?

Escuchando: La Troba Kung-Fú - Oriente Miedo

Escuchando: La crevette d’acier - Sous l’soleil de Bora Bora…

¿Qué excusa ponen ustedes a esos jóvenes contratados por alguna ONG ecologista que, formulario en mano y vestidos con chaqueta verde, tratan de reclutar por el centro de las grandes ciudades socios que ingresen mensualmente en una cuenta corriente una cuota con la que salvar el medio ambiente? Las más socorridas son, sin duda, decirles que tenemos prisa o que no llevamos nada suelto encima. Pero si lo que quieren es rechazarles con educación y darles al menos algo de conversación lo mejor que pueden hacer es preguntarles qué animal piensan salvar con su dinero.

Si les responden que al oso panda dense por jodidos. Les costará resistirse, a todos nos gustan los osos panda, muchos aún nos emocionamos pensando en Chu-lin, y no será difícil que a través de estos bichos ejerzan sobre nosotros la presión emocional suficiente para convertir a nuestra domiciliación bancaria en amiga del planeta. Sin embargo podemos tener suerte y que nos digan que quieren salvar al armadillo. Ahí lo tenemos fácil, a nadie le gustan los armadillos. Nadie daría un duro por salvarlos, ni el más pardillo de los solidarios. Así que podremos decirles con total tranquilidad que se metan los armadillos, que son feos, aburridos y no sirven para nada, por donde amargan los pepinos.

Al terminar de escribir el párrafo anterior me acabo de dar cuenta de que me pueden llover los insultos y las pedradas, que puede que haya algún ecologista radical entre mi selecta audiencia que me grite por meterme con los pobres armadillos, que me diga que sí, que son sosos y estéticamente desagradables pero que sirven como alimento a alguna criatura depredadora, al comearmadillos de la sabana, por ejemplo, y que si faltaran los armadillos se rompería la cadena alimentaria dejando un agujero de por medio que sería el acabose para la fauna mundial.

Esta tarde me he cagado en los antepasados de la ministra de Cultura. Como las salas de cine han hecho una huelga por su culpa al final he tenido que bajarme “Soldado Universal II” del eMule y verla en el ordenador. Y todo porque ahora se han inventado una “Ley del Cine” que obliga a las salas a proyectar un porcentaje mínimo de cine español. El cine español es como los armadillos: feo, aburrido y no sirve para nada. Siempre había pensado que si viera una ministra con chaqueta verde a las puertas de unos grandes almacenes pidiendo euros para salvar a Pocholo, a Borjamari y a José Coronado le mandaría a tomar viento fresco. Aunque claro, hasta hoy nunca había pensado en la cadena alimentaria.

Si Óscar Jaenada, Cayetana Guillén y compañía se mueren de hambre acabarán por extinguirse también los fabricantes de focos y cámaras de cine, los compositores de bandas sonoras, los vendedores de drogaína y los reporteros del Tomate que van a los estrenos de la Gran Vía. Y después de todos ellos los siguientes en fenecer seríamos los demás. Ahora que lo pienso me alegro de tener una ministra que apoye con tanto ahínco cosas tan nuestras como Cine de Barrio o los toros.

Gracias a ella, y a los demás miembros del Gobierno, nunca se perderán, por mucho que vengan al país inmigrantes con nuevos usos y costumbres, aquellas tradiciones nacionales llenas de encanto que tan grande hicieron al país.

Escuchando: Fidel Nadal - La próxima vez

El año que viene Zapatero dejará la Moncloa, pero una vez que se libre de las obligaciones presidenciales podrá presumir en las sobremesas familiares de haber propuesto en el Congreso durante su legislatura más iniciativas absurdas que cualquier otro de los presidentes que hemos tenido el gusto de sufrir en los últimos treinta años. La última ocurrencia socialista ha sido la de buscar la paridad de hombres y mujeres estampando el mismo número de rostros masculinos que femeninos en nuestra calderilla. Las trabajadoras del país están de enhorabuena, pronto podrán cobrar menos que sus compañeros con pene pero con la satisfacción de recibir un cincuenta por ciento de las monedas de su jornal con la cara de una tía.

Entre las candidatas a Miss Leru había tanto miembros de la España de izquierdas y republicana como Clara Campoamor y Dolores Ibárruri, como representantes del misticismo patrio como santa Teresa de Ávila. Los parlamentarios del PP, tal vez enojados por no encontrar en la lista de acuñables nombres como los de Isabel Tocino, Pilar Primo de Rivera o Norma Duval, han declinado ser miembros del jurado y, tras el reñido desfile en bañador, ha sido la señorita Campoamor la elegida para pasar por la ranura de la máquina cuando vayamos a comprar tabaco al bar.

A mí, que en el fondo soy un poco republicano y hasta estoy de acuerdo con el derecho al voto de las mujeres, me parece divertido, pese a lo absurdo de la idea, bajar a por el pan y echar a suertes si pagar con un Borbón o con una diputada sufragista. Pero seamos sinceros, la mayoría de los mozos (y las mozas, no olvidemos ser paritarios) que se examinan estos días de Selectividad no tienen ni idea de quién fue Clara Campoamor. Puestos a hacer las cosas como Dios manda tendrían que haber dejado que fuera Antena 3 la que eligiera el nuevo rostro de las monedas por medio de uno de sus fabulosos concursos de popularidad vía SMS, como el del español más importante de la historia o el de la séptima maravilla del mundo andaluza. El resultado, de cara a la historia de la numismática y a la igualdad entre sexos, seguramente no habría sido mucho mejor pero al menos el Gobierno habría conseguido revitalizar la economía fomentando el consumo y el movimiento del dinero. Todos gastaríamos y compraríamos lo que hiciera falta con tal de quitarnos del bolsillo los euros con la efigie de Shaila Dúrcal o María Patiño.

Escuchando: Olivia Ruiz - Putain de toi