Ya he llegado. Y sí, por supuesto, soy una niña, llevaba diciéndolo desde mayo en este diario y como es lógico nadie hay mejor que yo para saber lo que soy, pese a los sensacionalistas que han insistido en lo contrario. Pero bueno, todos los que me han llamado Covadongo o Pelayo quedan perdonados, que hoy es un día grande y encima mañana es Halloween.

Perdonen que no les dé más detalles por el momento pero, créanme, nacer cansa. Simplemente decirles que todo ha salido bien y que mamá y yo estamos bien. Papá está un poco mareado, pero dicen que se le pasará rápido. Por cierto, qué bueno es esto de respirar.