Una noticia ha alterado la tranquilidad de este domingo. Según una encuesta realizada por la edición española de la revista FHM, doña Letizia Ortiz está entre las 100 mujeres más sexys del mundo. No digo que doña Ele sea fea, porque si hubiéramos querido una reina poco agraciada hace tiempo que habríamos modificado la Constitución. Pero está claro que la asturiana no es la belleza que tratan de vendernos en la prensa rosa y la divorciada de oro no es sexy, o bueno… tal vez lo sea, pero ni de broma estaría en el puesto 62 de un ranking mundial. En todo caso en el 62.000.
De todas formas tampoco es de extrañar que la aspirante a princesa aparezca en esa lista. Llevamos ya casi seis meses siendo bombardeados con halagos, alabanzas, cobas y aplausos a la ex-compañera de Urdaci, y a base de oirlo tantas veces es normal que la gente haya acabado creyéndoselo. Si yo saliese a todas horas por televisión también sería uno de los hombres más deseados del país. Es la estrategia que usan los fabricantes de juguetes para vender tantas Bratz en navidades.
Pero hay otra razón para que los lectores de la revista hayan elegido a doña Ele. Nunca he leído esa revista, pero he leído los títulos de los artículos en la portada. Y como el intelecto de sus lectores sea proporcional al que reflejan los titulares en portada es más que comprensible que no sean capaces de retener más de 100 nombres de bellezas famosas.
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