En este país tenemos todavía mucho que aprender en cuanto a políticas laborales se refiere. Es casi una misión imposible que aquí consiga trabajo un ex-convicto, un inmigrante o alguien mayor de cuarenta años. Y si el que busca trabajo es alguien que reúna esas tres cualidades ya haría falta un milagro. En los Estados Unidos, en cambio, las cosas funcionan mucho mejor. Si Enrique Rodríguez Galindo, experto en técnicas de tortura y asesinato, pudiera emigrar al país de las oportunidades, y con lo versado que está en estas inquisitoriales artes, poco tardaría en conseguir un puesto directivo en Guantánamo o en Abu Ghraib.
Nosotros, por el contrario, nos limitamos a sacarle de la cárcel y a tenerle metido en casa en vez de sacar provecho de sus amplios conocimientos que tanto bien harían a la Democracia y a la Libertad.
Escuchando: Modena City Ramblers - Viva la Vida