June 2005


Ya sé que llevo muchos días sin escribir en mi diario y que algunos de ustedes comienzan a preocuparse, pero es que estoy teniendo problemas técnicos y me resulta imposible tenerles informados sobre mi vida cotidiana con la frecuencia que desearía. Sirva esta anotación para tranquilizarles y para confirmarles que este diario sigue vivo y que aunque ahora mismo esté bastante parado les aseguro que es algo temporal. Prometo actualizarlo con mayor o menor frecuencia por lo menos hasta que mamá rompa aguas. Y después espero hacerlo también, aunque no sé si mi agenda me permitirá tener el tiempo libre que tengo ahora.

volvere

Y ahora un resumen breve y fugaz de las últimas novedades. Con Irene bien, parece buena chica y creo que lo vamos a pasar muy bien cuando nos dejen salir de noche con Vicky por Mallorca. De lo que estoy un poco cansada es de que repitan tanto lo guapa que es. No es fea, pero vamos, que tanta adulación es exagerada. Hasta la tía abuela Margarita dice que es muy guapa. Espero que cuando nazca yo sean más sinceros al llamarme guapa. En cuanto a lo del primer discurso oficial de mamá, pues toda la familia está muy contenta. Papá pensaba que se le habría olvidado leer en voz alta después de año y medio, pero la verdad es que lo hizo bastante bien. Hubo más de un guardia civil que la felicitó a la salida por leer tan rápido y tan clarito.

Hace unas semanas les dije que me iban a mandar a un internado en Irlanda para aprender inglés este verano. Pues bien, al final no había plazas así que me han buscado una familia de Dublín para que pase con ellos un mes. Por las mañanas iré a clase y por la tarde haré vida familiar. Los fines de semana los de la escuela nos organizarán excursiones y actividades deportivas y culturales. Ya me han mandado la foto y la información de la familia. Por cuestiones de seguridad no voy a dar su apellido. Parecen muy majos, el padre trabaja en una oficina de correos y la madre es profesora. Tienen un hijo, Barry, de 14 años y una hija, Shannon, de 9. Estaré con ellos en julio y en agosto estaré con mi familia en Marivent. Les mantendré informados.

¿Kurejitto kaado wa tsukaemasuka? No, no me he vuelto dsiléxica de la noche a la mañana, es que he aprendido algunas frases en japonés. Y tampoco les he insultado, simplemente les he preguntado si aceptan tarjetas de crédito. Los japoneses son unos seres muy amables y sonrientes pero a pesar de que nos recibieran como si fuéramos estrellas del rock, en ninguna tienda se dignaron a regalarnos nada. La verdad es que son bastante peseteros, o yeneros como se les dice por aquí, tendrían que aprender mucho de los españoles. Bueno, miento. Sí que hubo una tienda en la que no nos cobraron, la tienda de recuerdos del pabellón español de la Exposición Universal de Aichi. Así que aprovechamos y compramos ahí los regalos. A las tías Elena y Cristina les compramos unas peinetas, a los tíos Jaime e Iñaki unas banderillas, a Felipe Juan y a los tres primos catalanes unas camisetas de Raúl y de Ronaldinho respectivamente, a Vicky una muñeca vestida de faralaes y a los abuelos una reproducción en cartón piedra de la catedral de Burgos.

Se preguntarán porqué no le compramos nada a Irene. Pues bien, el día que visitamos la Expo aún no había nacido y aunque sabíamos que ella también iba a ser niña preferimos no comprar dos muñecas flamencas para no levantar sospechas. De todas formas al final cogimos una camiseta que decía que el sol en Sevilla era una maravilla, así que nadie se va a quedar sin su regalo de Japón. Y supongo que querrán que les hable de Irene, pero como todavía no la conozco personalmente dejaré los comentarios para otro día.

made in japan

Lo que más le gustó a mamá de Japón es lo trabajadores y limpios que son los ciudadanos nipones. Y además son bajitos, casi no hace falta ni que se ponga tacones para sacarles una cabeza. A papá lo que le ha encantado ha sido la Playstation 3, que ya estaba disponible en nuestro hotel para los visitantes más selectos. Mamá se ponía enferma, porque le costaba muchísimo despegarle de la consola cada vez que quería que le acompañara a ir de compras. Afortunadamente al final conseguía que se levantase, porque en Japón hay mucho que consumir. ¿Kurejitto kaado wa tsukaemasuka? Toda la colección de DVDs de Candy Candy y Mazinger Z. ¿Kurejitto kaado wa tsukaemasuka? Doce retretes musicales para casa. ¿Kurejitto kaado wa tsukaemasuka? Un traje de samurai para papá. ¿Kurejitto kaado wa tsukaemasuka? Aquí la ropa está carísima, ni siquiera una princesa puede permitirse comprar alta costura en Japón. Al final tuvimos que ir a Zara que, aunque tiene poco de glamour, como aquí la ropa la venden quince veces más cara no nos daba la impresión de estar comprando moda para la plebe.

También le costó lo suyo a papá dejar la Play para ir a ver al Emperador. Que ésa es otra, aquí no tienen rey, aquí todo a lo grande para compensar sus estaturas. La familia imperial está bien, nos reían las gracias (aunque creo que no las pillaban) y nos enseñaban a comer con los palillos, pero estuvimos varios días con ellos y es cierto que al final aburren porque son un poco sosos. Me hice amiga de un chaval japonés y como para mí las cenas con los emperadores eran un muermazo terminaron dejándole venir para que me hiciera compañía mientras los mayores cenaban.

La verdad es que tenía ganas de volver a Madrid, aunque me he perdido el desfile de la bandera de dos kilómetros y medio. Pero bueno, habrá que tener un poco de paciencia y esperar hasta noviembre. Si a Irene le han sacado más de dos kilómetros de bandera a mí tendrán que sacarme por lo menos veinte.

Y acabo dándole las gracias a Forges por ésto. Pero el mérito no es mío. Todo se lo debo a mi abuelo, que me enseñó a dibujar.